Durante algunos años de mi vida profesional, todo lo que podía pensar y hablar era el cambio. Estaba trabajando en una iniciativa global que implementaba esfuerzos de gestión del cambio y apoyaba a cientos de personas a través de ello. Al mismo tiempo, yo misma estaba pasando por varios cambios abruptos. Empecé a desear estabilidad, algo seguro, algo de control. Trabajé duro para encontrar esa estabilidad, la cultivé y estaba extremadamente agradecida por ello. Tan pronto como me sentí cómoda en ella, quise cambiar de nuevo. ¿Suena familiar?
Diez años después, el dilema no ha cambiado mucho, especialmente durante la pandemia, donde este parece ser un tema recurrente. Sólo que ahora no se trata tanto de años o meses, sino de semanas y días.
Sin embargo, durante estos años he aprendido algunas cosas:
Lección #1. El cambio es un proceso
Incluso cuando ocurre externamente de la noche a la mañana, como humanos necesitamos un período para digerirlo. Aceptarlo. Darle y encontrarle sentido. Este es un video que encontré útil para recordarme de ese proceso.Lección #2. Lo único permanente es el cambio
Como dijo el filósofo griego Heráclito hace más de 2.500 años, esta cita sigue siendo cierta hasta el día de hoy. No importa lo que hagamos, lo que creamos, lo que sintamos, el cambio es lo único que sabemos que estará ahí, pase lo que pase.Lección #3. La estabilidad es necesaria
Nos guste o no, las rutinas y los horarios respaldan las expectativas y los patrones que son importantes para la salud mental. Restauran un sentido de normalidad, control y previsibilidad. Como decía Gustave Flaubert, “Sé constante y ordenado en tu vida, para que puedas ser violento y original en tu trabajo”.Lección #4. La estabilidad está en ti
Creo firmemente que no importa lo que esté sucediendo en el mundo exterior, la estabilidad nace y se encuentra dentro. Debo admitir que todavía estoy trabajando en esto a través de la meditación, encontrando paz y quietud. Sólo puedo decir en este momento que ha sido un viaje largo pero gratificante.Lección #5. El cambio y la estabilidad son dos caras de la misma moneda
En lugar de ver esto como un problema a resolver, ahora lo veo como una polaridad a manejar. La diferencia radica en que en un problema existe una solución: puede haber una respuesta correcta o la mejor respuesta. En una polaridad, hay un dilema que está en curso, no tiene solución y contiene ideas aparentemente opuestas.
Entonces, en lugar de tratar de resolver si es hora de cambio o estabilidad, ahora lo considero una interacción constante entre el cambio y la estabilidad donde ambos coexisten y, a veces, están en equilibrio y, a veces, es necesario priorizar uno u el otro. Por ahora, me he conformado con aceptar ambos en mi vida, como una danza continua de opuestos.
Referencias y para profundizar