El sol. Centro de nuestro universo. No necesita presentación. La vida sin él no sería posible y, sin embargo, a veces lo damos por sentado. Desde cualquier lugar
de la Tierra se ve, día tras día. Pase lo que pase, podemos confiar en que saldrá nuevamente por la mañana desde la misma esquina de nuestra ventana. Trae
consuelo, estabilidad, vida, esperanza.
Los antiguos rishis, o personas iluminadas de la tradición hindú, descubrieron que mirar al sol al amanecer y al atardecer energiza el cuerpo e invoca
sentimientos de satisfacción y felicidad. Esta práctica es conocida como Observación solar. Se atribuye a que la luz solar activa la glándula pineal y libera dos
hormonas: la serotonina y la melatonina. El sol también ayuda a nuestro cuerpo a producir vitamina D, que es esencial para una piel y huesos saludables.
Para practicar la observación del sol:
Una alternativa para conectarse con el sol y activar la producción de vitamina D, es exponer la piel a la luz solar alrededor del mediodía. Los estudios
demuestran que incluso 13 minutos al día pueden ser suficientes para mantener niveles saludables de esta vitamina.
“El sol no brilla para algunos árboles y flores, sino para la alegría de todo el mundo”. — Henry Ward
Advertencia: mirar o exponerse directamente al sol puede tener graves consecuencias para la piel y provocar ceguera. Se recomienda proceder con precaución e informarse bien antes de realizar esta práctica de forma habitual.
Referencias y para profundizar:
Susan Weis-Bohlen. Ayurveda Beginner’s Guide: Essential Ayurvedic Principles and Practices to Balance and Heal Naturally. Althea Press, 2018.
Ryan Raman. How to Safely Get Vitamin D From Sunlight. Healthline, April 28, 2018.
Hurricane Love - You are the sun | Cardinal Sessions
Christine Case. Why Shouldn’t you Stare at the Sun?. Healthline, September 18, 2018.