Cuando recién me mudé a Munich, una de las primeras cosas que hice fue dar una vuelta por el centro de la ciudad. Una amable joven española fue mi guía y a medida que avanzábamos, ella elocuentemente compartía las historias de los lugares que íbamos visitando. La historia de Frauenkirche es una de las que nunca olvidaré, ya que esta elegante catedral tiene dos torres que parecen idénticas pero que en realidad no lo son.
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